domingo, 12 de diciembre de 2010

“EN DEFENSA DE LA INTOLERANCIA”


El texto de Zizek, S. “En defensa de la intolerancia”, nos habla de hasta dónde somos capaces de aceptar a las otras culturas, porque no aceptamos la cultura en su conjunto, sino la parte más divertida.

Este texto nos dice que nosotros aceptamos la cultura hasta que ya empezamos a entrar en su contexto. Lo que en realidad aceptamos es el ámbito folclórico, es decir, lo entretenido. Y cuando empezamos a entrar en el ámbito real nos ponemos las barreras, no aceptando al otro real.

Por eso, hablar de multiculturalidad es muy difícil. En el multiculturalismo, los sujetos están ahí por la fuerza, por haber nacido allí. Es decir, como tú has nacido es esa cultura no puedes salir de ahí, a no ser, que aceptes lo que el otro dice. Por lo tanto, la multiculturalidad no es voluntaria.

La multiculturalidad puede dar lugar a la creación de guetos, debido a, que las culturas de ese mismo espacio geográfico cohabitan pero no se relacionan. Dando lugar, al surgimiento de conflictos, estereotipos, prejuicios, dificultando aún más que se pueda establecer una convivencia social.

Hay un nivel que no pasamos. Siempre es uno el que tiene que irse al otro bando, a la otra cultura, en lugar, de establecer una unión. El problema es que cuando te sales de los intereses comunes ya no hay unión, ya que cada cultura tiene sus propias ideas.

El pluralismo es cuando tú llegas a esa cultura por tu propia voluntad, habiendo un intercambio de conocimiento entre las culturas, sin ningún criterio previo. Desde este punto de vista, se podrá establecer la alianza mediante el consenso.

En principio no hay líneas que no se puedan pasar, pero en el momento que se quiera convivir habrá que tratar las líneas conjuntamente. Habría que establecer un modelo alternativo que tratase de hablar entre ambas culturas desde la voluntariedad. No me impongas la tuya y yo no te impongo la mía.

En definitiva, para que exista realmente una convivencia entre culturas debe existir una aceptación tanto de la parte divertida de la cultura, como de la parte real. Las culturas mediante el diálogo pueden llegar a un acuerdo desde la voluntariedad, sin obligaciones.

En mi opinión, en general, no es que las culturas no sepan llegar a un acuerdo, porque al igual que tienen ideas propias también cuentan con intereses comunes, es porque no les conviene o porque prefieren estar como están, sin ningún cambio cultural o quizás por miedo al cambio, a lo nuevo.  

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